Descendiendo un poco más, ya nos encontramos con la belleza de la Fervenza da Feixa o Reboreda. Aquí el río Alvedosa y el río Maceira, que se juntan cerca del casco urbano, crean una caída de agua de alrededor de 6 metros. No es una cascada enorme, pero por la formación de la misma sí que es muy bonita. Además a un lateral se puede ver casi encima de ella un cenador de piedra. Pertenece a una propiedad privada, pero junto a la fervenza crea una estampa diferente y una perspectiva distinta de la misma desde abajo.
Podemos continuar un pequeño sendero al lado del río, que nos lleva hasta el acceso al lado del vial. Allí también nos encontramos con una zona verde con tres mesas y bancos de piedra, donde nosotros aprovechamos para comer unos bocadillos. Todo el recorrido de un lado al otro consta solamente de unos 200 metros, por lo que es ideal para visitas rápidas. También es perfecto para ir con niños, y enseñarles lo que es una fervenza o como funcionaban los molinos, ya que tenemos todo junto a un paso.