¡Hola de nuevo a todos y todas! En el post de hoy nos acercamos a Rianxo para recorrer una hermosa ruta en la que nos encontramos el mágico enclave de Pozo Bastón.
Para ello ponemos rumbo al Concello de Rianxo, más en concreto a la pequeña aldea de A Ermida. Allí podremos aparcar junto a un parque infantil, situado al lado del comienzo de la ruta. Si hace calor u os queréis hidratar, tenéis una fuente allí mismo, perfecta para llenar las botellas que nos servirán para el recorrido.
Nos dirigimos a través de un indicador al inicio de la ruta PR-G15, que nos lleva por un camino de tierra para adentrarnos de lleno en el bosque.
La ruta tiene una longitud total de 14,7 kilómetros, si bien se ve un poco reducida si no se realiza la ascensión al Monte da Muralla. Yendo con niños fue lo que hicimos nosotros, ya que aún así es de dificultad media. Destacar que está muy bien señalizada con los indicadores de senderos (buen camino, mal camino, giros…) dispuestos en rocas o árboles. Pero esto último no libra de tener que estar bien atento y que en algunos puntos surjan dudas de hacia dónde continuar, por lo que en fotografía intentaremos mostrar todos los desvíos.
Pronto descendemos escuchando el murmullo del río, Rego do Campo Treito, sonido que nos acompañará en una buena parte de la ruta. Llegamos a un puente en el que nos desviamos a la izquierda, y aunque el recorrido continúa en subida, nos detenemos un momento para disfrutar de la belleza de una pequeña caída de agua y el transcurso del río.
Continuamos nuestro camino, al lado o incluso pasando sobre el río hasta llegar a un tramo asfaltado. Al llegar al final de la subida, donde está la última casa, continuaremos por la derecha para adentrarnos de nuevo en bosque.
Seguimos rodeados de árboles y vegetación y en compañía una vez más del río a nuestro lado. Tras avanzar un poco y después de algún desvío, nos encontramos un indicador que nos dirige hacia el Pozo Bastón.
Nos desviamos para encontrarnos, sorprendidos, con un paso sobre el río, en donde no hay puente. Anna y los niños se descalzaron para atravesarlo, ya que el agua no llega más que a la altura de los tobillos y es poca anchura de cauce. En mi caso, como soy más vago, decidí (con mucho cuidado) atravesarlo pisando sobre piedras que creaban un pequeño camino a la otra orilla. Sea como sea toda una aventura para nuestros hijos, que estaban encantados.
Continuamos el sendero, y no mucho después, el río se vuelve más ancho y el paso del sendero más estrecho. En este tramo debemos de caminar con cuidado para no tener un susto por ir con prisas.
Pronto empezamos a divisar a lo lejos el Pozo Bastón. Continuamos hasta llegar a la poza, contemplando la belleza del lugar. Se trata de una preciosa fervenza con poca caída, que vierte su agua en varios brazos a una gran poza. Por el calado es una excelente piscina natural para poder disfrutar en días de calor en un entorno único, ya que está inmerso en el bosque. Podremos subir con cuidado a la zona superior de la caída de agua o quedarnos en la zona de la poza.
Existe una bonita leyenda que habla de 3 jóvenes moras que yacen todavía en el fondo del Pozo Bastón, atrapadas por un encantamiento. Podéis leer la leyenda completa en www.galiciaencantada.com, veréis el lugar de una manera distinta tras leerla.
Tras un buen bocadillo sentados en unas rocas con estas estupendas vistas, regresamos al sendero principal. Esta vez, al pasar por el riachuelo (con un poco de ayuda), pasamos todos pisando en los cantos para no tener que volver a descalzarse.
Una vez llegamos al recorrido principal, comienzan los tramos más complicados de la ruta, ya que se inicia una subida constante.
Aquí hacemos un pequeño paréntesis que sirve para una recomendación general de la ruta. No es una ruta que aconsejemos en temporada o días de lluvia, ya que hay muchos tramos en los que hay que sortear pequeños regatos (que con lluvia no serán tan pequeños), o se pueden ver zonas en donde se nota que con lluvia hay corrientes de agua bajando por la pendiente, desprendimientos, etc. Eso sí, gracias a estos caudales de agua, nos encontraremos en la senda varias fuentes donde rellenar nuestras cantimploras, ¡no hay mal que por bien no venga!
Caminamos por el bosque, pasando por varios cruces de caminos. En algunos está muy claro por donde continuar y en otros no tanto (en fotos os ponemos hacia donde debéis seguir). Las cimas de las montañas cada vez las vemos más cerca, y tras andar un buen tramo nos encontramos de nuevo con alguna casa.
Empezamos a pasar por preciosos caminos estrechos con fincas a los laterales, encontrándonos con algún caballo. De repente, en uno de los lados, unas vistas espectaculares. Nos damos cuenta de lo alto que estamos por un lado, y por el otro de la fortuna que tenemos al vivir en Galicia (una vez más).
Pronto llegamos a un muro de piedra que nos dirige a un caminito que lleva a una aldea. Atravesamos caminando entre las casas de piedra, hasta llegar a una pista asfaltada. Allí podemos seguir el ascenso hacia el Monte da Muralla a la derecha, o continuar la ruta si giramos a la izquierda. Como ya os contamos al inicio del post, nosotros decidimos continuar la ruta, ya que sería demasiado exigente la subida para los niños (que ya buen esfuerzo estaban haciendo con muchos tramos del sendero).
Continuamos por el tramo asfaltado. Llegamos a otra aldea que debemos atravesar. ¡Ojo! el sendero se ve interrumpido por una cancilla que debemos de abrir y volver a cerrar tras pasar, lo avisamos porque de buenas a primeras parece que esté cortado el sendero.
Una vez atravesado este obstáculo, nos adentramos de nuevo en zona boscosa. Pasamos otra vez por varios desdobles de camino (que os dejamos en fotografía) hasta que llegamos a un nuevo obstáculo. El sendero se ve interrumpido por unos troncos que forman como una especie de valla. Se debe salvar este obstáculo y continuar. Y aquí viene uno de los desvíos que más nos hicieron dudar para continuar la senda, ya que la siguiente señalización no la vimos hasta andar un poco después del desvío. Debemos girar a la izquierda en el primer cruce.
Continuamos por el bosque, con un paisaje y una vegetación densa, típica de los bosques gallegos. Nos encontramos varios desdobles de caminos y obstáculos de agua, que debemos solventar con un poco de agilidad y ayuda a los niños. Pronto nos acercamos a una última aldea.
Regresamos a un tramo de asfalto que nos lleva a la entrada de las últimas casas que vamos a ver en el sendero. Atravesamos la aldea, parándonos con un perro que se acercó a saludar a Laya, y mirando dos burros que estaban tranquilamente en un terreno. Tras pasar las últimas casas, y con un indicador de la ruta, volvemos a retomar el sendero por el monte. Este tramo ya nos llevará al final de la ruta, en un punto muy cercano al inicio de la misma.
Aquí os queda esta ruta de alrededor de 15 kilómetros, en el que disfrutar de la naturaleza en estado puro, y del mágico enclave de Pozo Bastón. Un lugar para soñar, como siempre en nuestra Galicia Desconocida.

COORDENADAS: N 42º 42′ 25.6″ W 8º 46′ 11.3″ (Zona de inicio de ruta en A Ermida)
EXTENSIÓN: 14´7 Kms.
DURACIÓN: 6 horas aproximadamente
ACCESO: Muy fácil
DIFICULTAD: Media
ADAPTADO: No
NIÑOS: Sí, aunque no es sencilla
PERROS: Sí