POZO DOS FUMES (Pazos de Arenteiro)

Pozo dos Fumes

 De nuevo nos vemos por aquí para seguir descubriendo hermosos lugares de nuestra Galicia Desconocida. Pero primero queremos daros las gracias porque, en nuestro primer año de andadura con este blog, hemos recibido ¡¡más de 12000 visitas!! Os aseguramos que este dato supera nuestras mejores expectativas y nos dan mucha energía para continuar con este proyecto tan bonito. GRACIAS. Y sin liarnos más, hoy os traemos nuestra visita a un precioso enclave, el «Pozo dos Fumes». Está situado en el interior de Galicia, en la aldea rural de Pazos de Arenteiro, provincia de Ourense.

Cómo llegar

 Nos dirigimos a Pazos de Arenteiro por la carretera OU-0414. Llegando a la aldea tenemos indicadores de varias zonas de aparcamiento (no es aconsejable acceder al centro de Pazos de Arenteiro en coche por la estrechez de sus calles). Nosotros decidimos continuar hasta pasar el puente sobre el río Avia. Justo después, a mano derecha, tenemos una explanada al lado del río (señalización hacia el embalse) en la que podemos aparcar. Allí encontraremos paneles informativos de diferentes rutas de senderismo en la zona, una fuente, y mesas con bancos.

Pazos de Arenteiro

 Antes de comer y dirigirnos hacia el Pozo dos Fumes, decidimos subir un poco para adentrarnos en las calles de Pazos de Arenteiro. Esta preciosa aldea, enclavada entre los ríos Avia y Arenteiro, está declarada desde 1973 Conjunto Histórico-Artístico, y paseando por sus estrechas calles nos queda muy claro por qué. 

 Andando por sus entresijos, ya vemos que el nombre no viene de la nada… un montón de pazos y casas señoriales, una tras otra, se encuentran a cada paso que damos. Aquí no solamente las calles tienen cartel, sino que cada casa de las citadas disponen de su propia placa con el nombre. 

 En esta pequeña aldea se conserva la tradición vinícola, ligada a ella desde muchos años atrás. También los Templarios, la Orden de Malta, e incluso buscadores de plata, habitaron este paraje.

 Llegamos a la Iglesia de San Salvador, que es lo que permanece del Monasterio de La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. De hecho en el tímpano de la puerta de entrada, podemos ver una Cruz de Malta, que deja testimonio de las órdenes que habitaron la villa.

 Una vez caminado un poco por sus calles, decidimos volver al puente en el que empezamos, ya que hacía mucho calor y tocaba hacer parada para comer.

A refrescarse y comer antes de ir al Pozo dos Fumes...

 Una vez llegamos al puente, y antes de pasar por encima, bajamos unas escaleras a la derecha que nos llevan a la zona del río. Allí nosotros pasamos por debajo del puente para sentarnos en el césped y comer a la sombra. Pero antes un buen chapuzón en esta parte del Río Avia. Realmente no hace falta mucho más para estar a gusto un día de tanto calor: buena compañía, comida, sombra y un río para refrescarse.

Hacia el Pozo dos Fumes

 Después de un poco de descanso, pasamos al otro lado del puente. Esta vez, con el aparcamiento a nuestras espaldas, continuamos por la carretera que sigue de frente. Tan sólo tendremos que andar unos 5 minutos para encontrarnos con un indicador a mano izquierda que nos dirige al sendero hacia el Pozo dos Fumes (¡ojo siempre al cruzar una carretera!). 

 Tan pronto cogemos el sendero nos aguarda la primera sorpresa. Tenemos que pasar por los restos del Ponte da Cruz, siempre con mucho cuidado por la altura que tiene, sobretodo al bajar. Se trata de un puente medieval, que disponía de tres arcos (ya os podréis imaginar la magnitud que llegó a tener, pudiendo alcanzar los 30 metros de longitud), del que ahora solamente queda uno de ellos (el más grande, sin la calzada). Reconstruyeron las bases de los otros dos y unieron con unas pasarelas de madera para poder cruzar al otro lado. La destrucción del puente se achaca a las batallas que tuvieron lugar en estas tierras entre los habitantes y las tropas napoleónicas.

 Aunque la magnitud del antiguo puente nos puede parecer excesiva viendo el río, no nos podemos dejar engañar. En aquellos tiempos no existía el Embalse de Albarellos, en Avión, y el río llegaba con más caudal y más ancho.

 Continuamos el sendero hacia la izquierda, y nos adentramos en el bosque. El camino es precioso, transitando sobre una calzada que sirvió de conexión para el transporte de vino, pasando al lado de ruinas, viendo pequeñas cascadas y rápidos en el río… Nos llama muchísimo la atención ver rocas talladas, como las que os mostramos en las fotografías con la figura de una mujer acostada o la de un pez, parece parte de la propia naturaleza.

 Este mágico recorrido nos lleva hasta los restos de un molino de tres ruedas. Y siguiendo un poco vemos el Ponte do Santo Sepulcro. Se trata de un precioso puente medieval, en el que sus enredaderas cayendo al río lo dotan de un toque romántico. 

 Este puente formaba parte del Camiño Miñoto Ribeiro, una vía de comunicación que unía O Ribeiro con ciudades como Pontevedra, Santiago o Padrón. Por aquí transitaban los arrieros que comerciaban con el vino. Consta de dos arcos, en la arcada más grande y aguas arriba tiene grabada la Cruz del Santo Sepulcro, y en el lado opuesto la figura de un santo, que muchos creen que se trata de Santiago.

 Una vez atravesado el puente, tenemos un panel informativo con todo lo que acabamos de explicar. A la derecha el último tramo de sendero que se dirige hacia el Pozo dos Fumes. Caminamos alrededor de 500 metros, la mayoría en pasarelas de madera que facilitan el acceso, y llegamos al Pozo dos Fumes, asombrándonos de entrada por el tamaño de la poza.

 A través de unas escaleras de madera, accedemos a una gran roca con balaustrada metálica, en la que podemos ver la caída de agua. El río Arenteiro estrecha su paso por aquí entre las rocas, provocando una caída de agua tan fuerte que, cuando lleva mucho caudal, emite humo por su presión contra la poza, de ahí su nombre.

 Al estar totalmente en medio del bosque se crea un sitio mágico, en donde el sonido del agua y la belleza del lugar te envuelve.

 Bajamos a la base de la poza para ver si era apta para el baño, pero por la profundidad que parece tener, corriente y difícil acceso para salir del agua no es para nada recomendable. Por lo tanto nos sacamos una foto juntos y comenzamos el camino de regreso.

 Como nos habíamos quedado con ganas de refrescarnos (hacía muuuucho calor), cuando llegamos de nuevo al Ponte da Cruz, bajamos al margen del río. Allí encontramos un espacio ideal para estar de relax tumbados, y también para darse un chapuzón en sus aguas, con total seguridad. Y sobretodo con unas increíbles vistas como la de la foto que aquí os dejamos, esperando encontraros de nuevo por aquí para seguir descubriendo lugares de nuestra Galicia Desconocida.

Ponte da Cruz

 COORDENADAS:  N 42º 23′ 49″  W 8º 08′ 56″ (Aparcamiento)

 DURACIÓN RUTA: 40 minutos aproximadamente

  ACCESO: Muy fácil

  DIFICULTAD:  Fácil

  ADAPTADO: No

  NIÑOS:

  PERROS:

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